El tiempo es relativo

El tiempo es relativo
Aunque tengas que confesar, hazlo siempre con la mejor de tus sonrisas.

viernes, 3 de febrero de 2012

No pude hacerlo.


Él me miró a los ojos.
Yo sabía, que a veces la esperanza es una puerta
abierta al interior de la mirada,
la clara luz que alumbra el optimismo,
el clavo ardiente al cual nos aferramos
cuando el peligro acecha,
cuando todo termina.

Por eso lo intenté.
Cogí sus manos tratando de paliar incertidumbres,
y temblaron las mías indefensas
ante su frigidez.
Me aferré a ellas en la certeza inútil
de que jamás podría retenerlas,
de que nada ni nadie,
devolvería intacto ese futuro que imaginamos juntos,
ni haría del dolor que me embargaba
milagro de amistad que retrasase
el final intuido.

Siguió mirándome.
Pedía solamente una respuesta que no sonara a miedo,
un ánimo vestido de mentira,
una ilusión alzada de puntillas sobre la brevedad
de lo imposible.
Pero no pude dársela,
nublaban mis pupilas los silencios
y una lágrima amarga pugnaba por huir tras de su suerte.
No sé si fue franqueza o cobardía,
pero no tuve arrestos para fingir quimeras,
para alentar remedios que nada remediasen,
para llenar su vista con luces de un engaño.

Mirándolo mirar,
cerré los ojos.

Poema de Mario Martínez.