El tiempo es relativo

El tiempo es relativo
Aunque tengas que confesar, hazlo siempre con la mejor de tus sonrisas.

miércoles, 17 de octubre de 2012

No te olvido



Esta es la felicitación más sentida que escribió Mary en su corta pero intensa vida. A pesar de que su destinatario no llegó a verla jamás, sus familiares la guardan con un inmenso cariño. Esta fue su historia.

“Querido,

No sé si fue amistad pura, amistad especial, amistad sincera, amistad con roce, amor-odio o fue amor a primera vista, un flechazo o que Cupido simplemente me invadió por un tiempo. Pero de lo que estoy segura es que si tuviese que sopesar todo con una balanza, los buenos momentos ganan por goleada a los malos recuerdos. Espero que este tiempo haya sido solamente un parón en el espacio para volver a la misma rutina de siempre, a la vida de la que jamás debiste desviarte. Aunque jugaste malas pasadas a tu entorno, esperas seguir dando buenos momentos, como un día me dijiste, porque conmigo eras feliz y en este tiempo lo pasaste genial a mi lado. Porque como amigo no fuiste el mejor aunque hubo debilidad y te necesité, te eché de menos, te recordé y el cariño que te cogí fue tan grande a pesar del tan poco tiempo que pudimos disfrutar juntos. Porque si antes jurábamos vernos a pesar de la distancia, ahora ya no queda nada. No habrá una segunda vez. Ni distancia ni dulzura en su voz. Debes reconocer tu error, que en este juego yo no entraba y tú insististe. Antes te esperaban playas inmensas llenas de felicidad con tu extraña amante. Y ahora ni siquiera hay planes presentes para mí. Que la experiencia es un punto a favor que sacaré de esto, lo tengo claro. Te recuerdo que ya no habrá churros con chocolate a las diez de la mañana, ni siquiera otro plan alternativo. Ahora que sabemos que nuestros destinos se alejaron más aún, yo me tiré a la piscina y parece que me ha salido bien, empiezo nueva vida. Me repetí durante mucho tiempo y en constancia “no te arrepientas nunca del paso que des, porque ese paso será firme”. Yo ahora soy feliz y ¿tú? Tú simplemente crees estar en armonía con tu vida, aunque eso ya nunca podrá suceder. Destrozada te digo que las ganas por verte han desaparecido, aunque como antes les afirmaba a mis confidentes: “si antes deseaba verte con locura, aunque fuese una última vez, ahora ya no queda nada de gusto al verte”. A pesar de todo el rencor y dolor que guardo, te deseo el mejor cumpleaños que puedas tener. Te deseo que seas feliz y que disfrutes de tu día. A esto añadiré una última cosa que solías repetirme al oído: “saca esa sonrisa que tienes que ilumina el mundo entero”. Y acabo esta carta de felicitación, que no es más que un breve pero vivo recorrido por nuestra historia enviándote muchos besos y abrazos. Sollozando se despide atentamente alguien que pasó por tu vida pero nunca llegó a quedarse en ella. Me fui y juro no volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario