El tiempo es relativo

El tiempo es relativo
Aunque tengas que confesar, hazlo siempre con la mejor de tus sonrisas.

miércoles, 3 de abril de 2013

Conservar o cambiar

Para regresar ya tienes que haber partido y probablemente estar casi a mitad del camino. Puede que cuando mires adelante creas que, si continuas, al final no hay nada y cuando mires hacia atrás dudes, al contemplar desde lejos lo que dejaste, de sí en el fondo no era tan mediocre como pensaste al comenzar el nuevo camino. Dudarás también de sí el exceso de energía para seguir merece realmente la pena o por el contrario es más seguro tapar tu nariz y volver al principio dejando las arriesgadas emociones. Te sentirás culpable de abandonar, de estar olvidando, del tiempo perdido antes de partir e intentarás reevaluar desnudándolo de crítica lo que creías tener, porque no, quizás mentirte piadosamente y apreciarlo de nuevo regresando rendida será lo mejor. Dudarás si el nuevo escenario te hará feliz, si podrás retenerlo, si te cambiará para siempre y si convivirás con el algo más de un instante. Siempre asusta lo que no se ve ni se tiene todavía y muchas veces se distorsiona, hacia peor o mejor, lo que acabas de dejar. 

En mitad del camino todavía no se ha perdido lo anterior del todo y tampoco se conoce lo que lo sustituirá. Temor de salida y temor de llegada. 

Siempre la disyuntiva entre conservar o cambiar. 

La crisis y el cambio enriquecen, "lo de siempre enmudece, anquilosa y casi siempre atrapa". Si estás a mitad del camino no deshagas tus pasos, si no sabes dónde vas, quédate en el camino y espera que aparezca tu destino.

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