El tiempo es relativo
sábado, 1 de octubre de 2011
¿Acaso pido la luna?
Lo cierto es que no pedí la luna, pero mi subconsciente me falló. Me echaba a reír cuando escuchaba las palabras de los que realmente sabían lo que me estaba pasando. Quizá fueran verdad esas palabras. Se llamaba pánico. Junto a la distancia, se convirtieron en mis únicos pero verdaderos enemigos. Definitivamente, el auto-engaño llamó a mi puerta y no quise abrir. Se trataba de una coraza que cubría todo mi ser. Maldito pasado. Solo es eso. Un cosquilleo continuo.
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